El
mantenimiento preventivo se puede realizar según distintos criterios:
El mantenimiento
programado, donde las revisiones se realizan por tiempo, kilometraje, horas
de funcionamiento, etc. Así si ponemos por ejemplo un automóvil, y determinamos
un mantenimiento programado, la presión de las ruedas se revisa cada 3 meses,
el aceite del motor se cambia cada 10.000 km, y la correa de distribución cada
90.000 km.
El mantenimiento
predictivo, trata de determinar el momento en el cual se deben efectuar las
reparaciones mediante un seguimiento que determine el periodo máximo de
utilización antes de ser reparado.
El mantenimiento
de oportunidad es el que se realiza aprovechando los periodos de no
utilización, evitando de este modo parar los equipos o las instalaciones cuando
están en uso. Volviendo al ejemplo de nuestro automóvil, si utilizamos el auto
solo unos días a la semana y pretendemos hacer un viaje largo con él, es lógico
realizar las revisiones y posibles reparaciones en los días en los que no
necesitamos el coche, antes de iniciar el viaje, garantizando de este modo su
buen funcionamiento durante el mismo.
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